jueves, 16 de diciembre de 2010

La telaraña de lo que quedó


Se me abren los parpados
y me descubro en el hastío,
en el fuego hipócrita y en la navidad funesta,
terrible,
para nosotros,
para los sonados,
el Carpe Diem del Rock,
con el pelo heredado,
indemne,
de alguna foto del Mayo Francés
o de algún disco roto,
qué importa,
hoy tiene barro del conurbano,
sangre lozana,
risas perdidas,
ocasos injustos;
no tengo en qué soñar,
culo rollinga que te fuiste,
tatuaje piojoso en la panza,
el cielo nunca va a mandar ambulancias al infierno,
es obvio, nena,
nosotros somos obvios y esclavos,
el póster de Gulp,
tu habitación vacía,
tu colección de entradas en la mesita de luz,
alguien que prenda las luces,
ilusión muerta,
asesinada,
y sistemáticamente lógica,
sin piedad,
para nosotros,
que miramos televisión
y vemos torturar la voz,
los acordes,
los besos,
la vieja,
el abuelo,
la birra,
el futuro,
la distancia,
la pendeja,
la soledad,
el espejo,
y todo aquello que queda,
que es mucho más que hambre y zapatillas;
por eso, es que a veces, o siempre,
no creo que sea tan absurdo o fatal,
balearme en tu ascensor,
con tu olor, tu silencio,
y tu recuerdo adentro.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Boyero eléctrico


No sé que decirte,
es una paja encontrar eso que nos rompe,
que nos trata de ilesos,
pero hoy el tiempo es un Mando Medio,
una Bombucha con arena,
y nos deja con este baldío de besos
que los vecinos transformarán
en una plaza con toboganes de madera.

Hay un amanecer en el fondo de todo esto,
una biblioteca enorme, una tranquera entreabierta,
por culpa de nadie, ni siquiera nuestra;
ahora somos el otro lado de la compuerta,
arroyo quieto, cascadita,
somos una vaca tímida,
su mirada perdida entre los yuyos,
herida con desdén, castigada,
por la cobardía cruel del boyero eléctrico…

¡Ahí está! eso es, el boyero eléctrico,
ese morbo del límite,
la división a fuerza de miedo,
la línea de cal del mundo.
Soy un paisano borracho en tus clases de Tap,
Eso mismo, ¡puta madre!
todo lo que negamos ser,
todo lo que ahora nos quema
es la hornalla que nos incendia en un abrazo,
en esta sensación de amague
que me desespera en el almanaque de tus ojos.

Por favor, no sé que decirte,
se me viene tu sonrisa
junto a la mansedumbre de las mojarras,
y créeme, no aguanto más:

Estoy cagado a baile.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Mensaje de texto

Mi hippie limpia,
mi esbelta excusa para
escurrir la desazón,
mi explosión impar;
esa murga en el pecho
cuando nos hacemos
un solo cuerpo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Perplejos

Hicimos dedo durante años
y nunca nadie nos tuvo lástima.

Ahora,
ya hemos aprendido
a quedar perplejos.

La palabra Tiempo,
siempre la escribiste entre comillas.

lunes, 25 de octubre de 2010

Flopy, inmediatamente triste


Flopy llegó del gimnasio,
comió ensalada de frutas
y se metió en la ducha.

Flopy en tanga,
secó su pelo,
se puso desodorante
y untó sus manos con crema.

Flopy toda limpia,
Flopy crema de enjuague,
las pantuflas de Flopy,
el celular de Flopy.

Flopy atendió.
Flopy habló con Dolo.
Flopy se enteró:
Martín va a estar en el cumple de Luli.

Desde la cocina,
alienado en el último mate frío,
pude escuchar el trépido lagrimeo de Flopy.

Entré a su cuarto y la vi.
Flopy inconsolable,
tirada en su cama,
mirando el techo,
luchando soberanamente
para poder subirse el cierre.

Flopy me miró, lloró para siempre
y se sintió desnuda sobre Coronel Díaz.

Flopy y sus tres kilos de ciclotimia.
Flopy angustiada.
Flopy desolada en el prólogo de un sábado.
Flopy torturada.
Flopy, inmediatamente triste.

Alto Palermo.
Flopy.
El mundo y sus maltratos.

lunes, 18 de octubre de 2010

Un pibe de las inferiores

Cuando te diste cuenta
que olvidé tus libros en el tren,
me dijiste de todo
menos que el futuro
es nuestro lugar en el mundo.

Llorabas,
lamentabas la muerte de tu prosa eslava.

Tosías,
maldecías la hora en que nos encantamos.

Me dijiste que esto fue
la gota que rebalsó el Río Arrecifes,
y yo ni siquiera pude disculparme.

Me sentí un pibe de las inferiores
en la soledad de una pensión,
un alcanzapelotas lento,
humillado y bastardeado
por el temperamento guaraní
de José Luis Chilavert.

martes, 5 de octubre de 2010

Algo naranja titila

Te tocás el pelo,
mordés el capuchón de la lapicera
y detrás tuyo hay una foto
de las Cataratas del Iguazú.

Mirás el monitor,
algo naranja titila,
tu sonrisa se impone,
y se detienen hasta
las fábricas de Tokio.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Queselevasé


El comedor vacío.
Afuera la niebla moja el maizal,
la sombra del sauce
escarcha el Amalfitani de la bolilla,
ahí donde murieron maquitas, japos y comunes.

Adentro, nadie.
La soledad de la salamandra,
una escoba de 15 a medio parir,
la estampita de Pancho Sierra.

Queselevasé,
los nietos andan en moto en el pueblo,
alsados como chancho blanco,
esas son cosas de la madre.

Queselevasé,
acá sólo queda revoloteando el silencio,
yendo y viniendo,
mano y contramano,
como las calles del cementerio.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Un montón de libros




Me prestaste un montón de libros
que nunca he leído ni voy a leer;
ayer lo recordé en el subte,
porque vi a un tipo igual al Tata Martino
que leía Nine Stories,
uno de los tantos libros que me prestaste,
que sí he leído,
antes de conocerte;
pero el día que me lo ofreciste preferí callarlo,
porque la noche pintaba mal,
estabas borracha,
verborrágicamente irónica,
y tuve miedo de arruinar
la parsimonia de mis labios en tu espalda,
por el estúpido debate de la verosimilitud.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Me parece que es de noche

Me parece que es de noche
dijiste bostezando,
las sabanas llenas de migas,
medias sucias,
y en el televisor gente que se moría.

Vos hablabas sin mirarme
y comías maní;
tu chop de cerveza vacío,
sólo la espuma del fondo,
esa pequeña epilepsia de la espera.

Vos hablabas en tu idioma,
en tetas, cansada,
decías mucho etcétera,
mientras yo te ignoraba,
respiraba fuerte
y soñaba que trabajaba
en una estación de servicio.

En el televisor,
la camarita de un supermercado chino
congelaba la cara de un pibe
de la 1-11-14;
bajé de la cama,
me rasqué el ombligo,
tuve sed,
y me digné a mear transparente
mirando la claraboya.

El sol se escabullía
en la frescura de los azulejos,
era el laser de un patovica del cielo,
una bala rasante de agua tibia.

Salí del baño con la cara mojada,
me choqué la mesa ratona,
y en una fotocopia amarillenta de Bajtín
vi como un fibrón sentenciaba tu ausencia:

perdón, pero verte durmiendo
me hizo pensar en mí.

martes, 31 de agosto de 2010

Chúmbale, pichicho, perro sotreta.



A la memoria del Gallego Pardo



Un perro mojado se revuelca en los adoquines,
mueve el hocico y estornuda.
Ya no llueve, ahora el febo le acaricia el lomo,
barro seco, pelo duro,
la demencia de ese pichicho me emociona,
su furia lúdica, la brutalidad de su infancia,
y ese intacto poder de asombro,
como si hubiese encontrado ese invisible para el pelo,
que perdiste allá lejos,
hace un ejército de noches.

jueves, 12 de agosto de 2010

Un poema del pibe de Sistema

Quién pudiese hacerle Copy/Paste
al sexo apurado en la cocina,
Ctrl Z a esa noche que te vi besando a un surfer,
o reiniciarnos, cuando estamos lentos.

De ahora en más,
pienso armar un Power Point con cada gesto,
comprar un router wi-fi para tus ojos,
hacer un back up de cada amanecer,
y guardar en mi pendrive de sangre,
un Excel de tu silencio.

No sabés cuanto necesito,
que aprietes el F5 de mi vida.

lunes, 2 de agosto de 2010

Villa del Parque


Villa del Parque
anarquía del transporte pesado en Nazca,
Villa del Parque,
aerosol rojo, olor a nafta,
el sol de julio se revuelca sobre tu tarde,
tus calles son un poema de Mariano Blatt.

Villa del Parque,
sujeto tácito de La Paternal,
olor a malvón de Agronomía,
pubertad de Villa Devoto,
barrera peligrosa del noticiero amarillo,
barba montonera del Checho Batista,
ese pasillo es el umbral de nosotros,
Villa del Parque,
llévame por Jonte, 
hasta el fin del mundo.

domingo, 18 de julio de 2010

Suponete

Suponete que te mienta,
suponete que soy un delivery con lluvia,
suponete que un árbol crezca en el cuerpo de una bala,
suponete que tu memoria tenga índice,
suponete que un pájaro lloré en tu altura,
suponete que me exilie del quilombo de tu paz,
suponete que ayer nunca fuimos un feriado,
suponete no se, que se yo, o sea,
suponete que empatemos,
suponete que perdamos,
suponete que tu papá lea estos poemas,
suponete que a tu mamá le de miedo,
suponete que te robe los lentes de contacto,
suponete que todo no se puede,
suponete que no nos alcance el tiempo para odiarnos,
suponete que esa noche nos dio pereza tanto futuro junto,
suponete que te fueras,
suponete que no da.

La estudiante de Letras apoyó el vaso en la mesa de luz,
soltó el humo, le acarició los rulos de su nalga,
y toda china y sonriendo, le dijo:

suponte, mi vida, suponte.

lunes, 12 de julio de 2010

Tu novio se parece a un arquero europeo


Tu novio se parece a un arquero europeo,
de esos que nadie sabe el nombre,
pero a pesar del olor corporativo
que despide la Panamericana los lunes a la mañana,
radio am, pantalón de gabardina y camisa planchada,
vos seguís en la comodidad de ser simpática.

Un solo latido de flores revienta
en la demagogia de tus labios,
haces caritas cómo si nunca
hubieses escuchado a Los Clash,
y entonces,
todo el calor que fuimos aburriendo,
hoy es simplemente un verano herido en tu playa,
un lagarto overo de tu campamento con lluvia,
o un fracaso dulce de tu vil corazonada.

jueves, 8 de julio de 2010

En el bullicio de un recreo

Lo importante es competir,
fue lo que nos dijo un profesor gordo de Educación Física,
mientras tus ojos se perdían en el bullicio de un recreo,
y nosotros, viles servidores de la inocencia,
perdíamos el equilibrio de lo imposible,
al verte pasar con tu olor a colonia,
perlitas en las orejas
y un misterio tímido en tu mochila de jean.

Aquella mañana,
conocí la incertidumbre
y te sentí desnuda en el futuro de mis brazos.

martes, 22 de junio de 2010

El culo lleno de preguntas



¿Qué te pasa?

¿Cuánto hace que están?

¿Qué será del pan y la mermelada que comía mientras miraba La Isla de Guilligan?

¿No sabés manejar?

¿Plata o mierda?

¿Bondi o subte?

¿Te parece que es para tanto?

¿Puedo ir al baño?

¿Cuánto pagas acá?

¿Sin expensas?

¿Puedo ir de vacaciones a tu ego?

¿No querés ser del interior así dormimos la siesta?

¿Te puedo hacer una pregunta?

¿Conocés la cancha de Douglas?

¿Puede ser que te tenga visto de Puan?

¿Qué parte del SÍ no te queda clara?

¿Me aguantás?

¿Me parece a mi o la distancia entre nosotros es una matinee de miedos?

¿Por qué nunca te encuentro arriba del 63?

¿Puede ser que te cortaste el pelo?

¿Querés que cambiemos?

¿Vos también dormís con la luz prendida?

¿No será que la luna sólo alumbra tu costado?

¿No será que el silencio vomitó tu alfombra?

¿A que hora juega River?

¿Sos pariente de los Glass?

¿Quién se la aguanta?

¿Cuántos habitantes tiene Medellín?

¿Puedo estar triste mientras te amo?

¿Me pasás la sal?

¿Tus noches duran lo mismo que mi fiebre?

¿Le podés decir a tu amiga que se rescate y se lave los dientes?

¿De qué signo sos?

¿Te puedo pedir un favor?

¿Tenés fuego?

¿Qué te iba a decir?

¿Te molesta si fumo?

¿Sabés hacer acordes con cejilla?

¿Te creés vivo?

¿No te parece muy cómodo ser cínico todo el tiempo?

¿Sabías que ser polémico no siempre significa ser lúcido?

¿Qué es la literatura?

¿Posta?

¿Qué onda?

¿Por cuánta guita vivís sin celular?

¿Dónde va la gente cuando llueve?

¿Te puedo alquilar la espalda por este invierno?

¿Dónde nos metimos esa noche que no nos encontramos?

.
.
.
.
.
.
.


Tengo el culo lleno de preguntas,
nadie responde y todos aplauden.

.
.
.
.
.
.
.

¿En qué sentido?

jueves, 10 de junio de 2010

La cajera del Disco está triste

Tiene ojos azules, carita huesuda y blanca,
con granos secos de otro tiempo,
y rulos a medio nacer.
Para mi se parece a La Oma,
pero tiene veintipico, un Nokia 1100
y vive en Parque Patricios.

La veo morderse los labios,
bufar contra el mundo, comerse las uñas,
con la mirada perdida, entregada,
sintiendo cada yogurt como un duelo;
programada, configurada,
preguntando al aire si tenés Disco Plus,
mientras la gente se ríe,
mira el techo o habla del mundial.

La cajera del Disco está triste,
se le nota en la cara,
sobre todo cuando pide cambio de cien,
grita con miedo, con un dejo de bronca, pero tímida,
y sus compañeros de buzo rojo se precipitan,
ella se desespera y se le mojan los ojos;
con el corazón en la boca, ansiosa, insulsa,
me dan ganas de abrazarla, de decirle que se relaje,
que no hay apuro, que mi tarde es una excusa,
que mi tiempo es un Top Line de frutas verdes,
que sólo debo volver a casa donde nadie me espera.

La cajera del Disco está triste,
se le nota en el buzo descolorido,
y por diez minutos, me siento ella,
porque me llevo el ticket de una lágrima,
medio kilo de pan, una botella de vino,
fideos tirabuzón y un paquete de Frutigran…

Que tanto me recuerdan a vos,
al Acorazado Potemkin
y a ese verano en el PH de Nazca.

Fútbol Infantil

Ayer pase por tu casa y me dio vergüenza
acordarme que nunca fuí feliz.

Me sentí vacío,
como un Tupper en una heladera,
como mirando un partido de fútbol infantil,
donde los padres putean al árbitro y a los rivales…

Esos Brujitas Verones,
que se comen los mocos y duermen con la luz prendida

domingo, 30 de mayo de 2010

Me han dicho

Estoy harto, desahuciado,
porque se con todo mi orgullo,
que nunca podré sacarme
una foto así, con nadie.

Perdón, no debí llamarte,
pero tengo miedo,
porque me han dicho que Te Amo,
que me olvide de Atlanta,
del barrio y de Tuñon,
que sólo hablo de tus padres,
de tus clases de patín
o de tu terror por las arañas.

Perdón, no debí llamarte,
pero tengo miedo,
porque me han dicho que Te Amo,
pero te lo juro por tu hamster,
solo lo sentí hoy a la mañana,
un rato, cerca del mediodía.

Puente Saavedra

El purgatorio barato de las despedidas,
ahí donde mueren los tibios y los grises,
se te mueve el asfalto, Mi Vida, oscila fálicamente,
con ese ruido a mundo que no descansa,
y te hace bajar las escaleras,
para meterte en la habitación de un montón de gente,
que bien sabe del ruido,
que lo escucha con auriculares,
tirados en su colchón infame,
viéndote bajar, contando las monedas,
que no son para ellos, ni para nadie.

Mi Puente Saavedra, Oh! Querido Puente Saavedra,
puerto de mis fracasos, nudo de asfalto,
cabaret de la incertidumbre, piropo triste,
vaya un verso para los que te cruzan por inercia,
los que viven del otro lado,
María y Bubon,
hijos de la noche, cadetes pillos de la oficina de mi alma,
socios del surmenage, gula de las palabras,
nos perdemos en el Polaco, en la garganta podrida,
el puño apretado, pura sangre, puro humo,
infancia ochentosa que hoy te escucha,
con lágrimas que nadie ve, sólo el silencio,
que rueda sobre el tango de tus caricias.

Tu Puente Saavedra, Oh! Temible Puente Saavedra,
corazonada sonsa, ecuador de las eses,
tus camisetas de Platense que se van con el horizonte,
que aparecen y desaparecen donde se mueren las esquinas,
me verás dormido, bajando de un semi-cama nauseabundo,
aliento de viaje, odiando al bigotudo,
al bigotudo soberbio que grita ¡Saavedraaa!
ese bigotudo panzón y mal parido,
que te corta el sueño, que nunca me deja terminar de desnudarte,
porque tengo que bajarme a fallecer,
a ir muriendo hasta la parada del 68,
que se apiada de mí, y se hace cargo de mis huesos, para siempre,
que es precisamente lo que tardo hasta mi cama.

Nuestro Puente Saavedra, Oh! Impertérrito Puente Saavedra,
vaticano de mis papas, off side de los ansiosos,
cuadrilátero de cadáveres on line,
calesita de los excesos, intemperie de los grasas,
aduana peronista, precipicio popular,
visagra de las urnas, yacuzzi del Sindicato,
bájame por tus escaleras, llévame a tu Olimpo,
al sacrificio de la Canción, a un orgasmo profano,
en Rivadavia y Treinta y Tres Orientales,
donde quieras, pero arráncame la pena, sin piedad,
aunque sea tarde,
sabré recuperar las horas perdidas,
asumiendo la soledad y la histeria del tiempo,
porque si hay algo que me deja en paz,
es saber que entregué mi vida por tus ojos,
di la cara por tus piernas,
y creí en la democracia de tus pechos,
la insoportable verborragia del corazón,
que ha creído en el carisma de tus tetas,
como todo iluso,
reprimido por tu sonrisa,
en la plaza hostil de tu lengua.

En esos diez minutos que te extraño

En esos diez minutos que te extraño,
te deseo un balneario sucio,
que a él lo pique un aguaviva,
y que a vos se te llene de arena el choclo,

En esos diez minutos que te extraño,
te imagino sonriendo bajo el sol,
ese que parece que viene desde Nuñez,
vos con tus polleras, comprando verdura, o pan para nadie,
porque yo ya no estoy.

En esos diez minutos que te extraño,
podría inmolarme en esa heladería que hoy me queda lejos,
quemaría las glorietas donde los jubilados bailan,
esa donde vos me miraste tantas últimas veces.

En esos diez minutos que te extraño,
me muero por tus oídos llenos de Madame Ivonne,
por los celos que me tenía tu gata,
o por saber que será de la soledad de ese catorce pulgadas.

En esos diez minutos que te extraño,
se me va la vida,
preparo un tilo absurdo y disimulo que respiro,
soy un camionero sin yerba,
un blog sin actualizar,
una pestaña que nadie se disputa,
un silencio roto que se pierde en el ocaso del recuerdo.

En esos diez minutos que te extraño,
soy una muerte retornable,
una botella de vidrio, vacía,
que llora, que sueña,
que seguimos haciendo el amor.

Pelopincho

Cuantas veces he soñado
con una Pelopincho en Plaza Miserere,
mientras vos y el verano,
se bronceaban sin consuelo,
en una siesta triste,
sin Revolución.

Puedo gritar

Si me rozan tus labios,
si tu risa me regala algunos silencios,
si afuera llueve y toda avergonzada
me pedís abandonarte en mis sábanas...
puedo gritar, como un heladero petiso,
que el dolor o la tristeza
son perfectas utopías.

Historia que viene

Todos los siglos han frivolizado su espasmo,
y nosotros, que avanzamos con espuma en la boca,
no hacemos más que repetir ese silencio,
que nos aturde a susurros,
que nos mea el bidet,
que nos llena de pelos la boca,
que nos pellizca la medula,
y encima… todavía falta, todavía falta.

jueves, 27 de mayo de 2010

Ahí viene el mundo

No me asusto, que se yo, ahí viene el mundo,
toda su miseria y no me asusto.
Porque un día no estarán, y llegarás, serás parte,
donde todo el miedo sea una anécdota,
donde todo el odio sean dibujos en crayón,
y sin querer, los retazos de tu risa serán el sol,
el río de tu llanto será el mar, el hambre de tu hijo será Dios,
y todos los corazones latirán… sin deuda alguna.