domingo, 29 de noviembre de 2015

Como los perros enojados cuando pasa un auto

Los días más tristes vienen en patota,
como los tanques de guerra
desde una plano amplio,
como los perros enojados
cuando pasa una moto,
y así,
se manipula la retórica,
se financian las poses,
los merecimientos,
los fracasos,
siempre en nombre de la ética,
siempre en nombre de la moral,
y así,
los días más tristes pertenecen
al juego que los hace clase,
y así,
los días más tristes buscan
subirse al podio de la historia,
pero no,
más vale que no,
porque la historia nunca
simula ser independiente,
nunca finge la ausencia,
nunca busca reconciliarse,
la historia actúa,
pone la jeta,
la historia chapa con el futuro,
se meten besos largos,
se acarician,
se prometen,
en una plaza,
en una popular,
la historia ama,
la historia conduce,
la historia limpia los baldíos
que nadie quiere limpiar,
y nadie es capaz de engañarla,
porque la historia mira a los ojos,
asume su mafia y su gloria,
no se esconde en lo hondo
de ninguna pileta de Pilar,
no se esconde detrás de
ninguna justicia nueva,
avanza desde la memoria,
se ahoga,
se pierde,
surfea las olas más sucias,
cuenta las muertes invisibles,
y claro,
duele,
porque igual,
los días más tristes cumplen,
con facha,
con tiempo,
los días más tristes respetan
su manual de marca,
conocen su territorio,
su momento,
y ahí los tenés,
vivitos y coleando,
otra vez en el podio,
jactándose del fiestón,
de invitar a todo el mundo,
el mundo que les sirve,
el que los determina,
porque los días más tristes
siempre fueron liberales,
con una lucidez morbosa,
con una inteligencia intacta,
siempre fueron liberales,
a toda honra,
y si algo les reconozco es cómo usan
la libertad como marco teórico de nada,
y si algo les reconozco es su capacidad
para decir la verdad y que nadie les crea.


jueves, 12 de noviembre de 2015

Bolazo

Me encanta cuando me decís
que algo te parece un bolazo,
porque viene del interior,
de nosotros,
de la historia,
de la siesta,
de la lluvia,
del no lugar físico
que nos pertenece,
de una cosmovisión inabarcable
que defendemos con el corazón,
entonces,
pum,
sucede,
magia o tiempo,
no importa,
pasa,
muy seria me decís que
algo te parece un bolazo
y yo siento un amor insólito
que me hace chocar la mente,
y bueno,
ya está,
otra vez,
quiero que vengas,
que aparezcas así,
que me avises que estás abajo,
relajada,
hermosa,
que en plena noche de Almagro
mires por la ventana y me digas
que el cielo te parece un bolazo,
alto bolazo,
sólo para que yo me ría,
así también te reís vos,
así nos besamos mucho,
así apoyamos los vasos en la
mesa sin dejar de besarnos,
así nos desnudamos mientras
nos chocamos las sillas,
la biblioteca,
la puerta de la pieza,
y vos me decís que soy un bolacero,
y yo te digo que sos una bolacera,
y nos reímos de vuelta,
debatimos la diferencia
entre mentira y bolazo,
porque decir que algo es mentira
es decirlo con la realidad encima,
pero decir que algo es un bolazo
es decirlo con el peso del alma,
con un acento más humano,
con una pasión dulce,
pero es difícil,
la mentira,
el bolazo,
la vida de todos los días,
la de todos los ayeres,
y qué bueno sería que los futuros
sean covers de tu sonrisa diciendo
que algo te parece un bolazo,
sería bueno,
sería lindo,
sí,
sería,
aunque algo lindo a veces dice
todo y a veces no dice nada,
pero igual,
yo quiero ser parte del bolazo,
siempre,
el problema es que llegamos
tarde a un montón de silencios
y eso después nos cuesta caro,
como las internas de los peronistas,
como los fuegos artificiales
antes de terminar el partido,
es muy peligroso,
puede terminar bien,
pero no sabemos,
nunca sabemos,
por eso el amor es el único subsidio
en el que todos estamos de acuerdo,
porque duele lo que no es,
lo que se pierde,
y no sabemos dónde meter
todo lo que ya no está,
todo lo que queda,
tu bolazo,
el mío,
tus ojos,
mi ilusión,
el vacío de los bondis a los
que no te subiste más,
el ruido de las avenidas
que ya no cruzo,
las coincidencias,
los entretiempos,
las elecciones,
los resultados,
el balotaje,
su miseria,
su alegría,
su estrategia,
su calma,
su tensión,
la nuestra,
la del pueblo,
la del pueblo que sufre,
que lucha,
que espera,
que tiene miedo,
que tiene esperanza,
que hoy,
sí,
hoy,
ahora,
se parece a nosotros
después de amar tanto.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Colibrí

El amor es un colibrí asustado
que no tiene miedo de morirse,
por eso el revoloteo,
por eso la belleza.