Parece
cansancio; pero es miedo.
Parece
paciencia; pero es resignación.
Parece
poesía; pero es tiempo.
Parece la
tarde que caminamos junto al río;
pero es
otro río, otra tarde, y otros nosotros.
Parece de
noche;
pero es de
día, llueve mucho y ya te fuiste.
Parece un
medio de comunicación;
pero es un
partido político.
Parece una
red social;
pero es
una alcantarilla cínica.
Parece el
futuro;
pero sos
vos en musculosa y sin corpiño,
un sábado
a la siesta,
ordenando
la biblioteca.
Parece tu
mirada;
pero son
tus ojos postrados en el celular,
persiguiendo
al mundo,
leyendo lo
inmediato.
Parece una
guerra;
pero es el
silencio.
Parece una
facultad;
pero es
una empresa.
Parece un
epitafio;
pero es un
mail que nunca llegó.
Parece un
arma nuclear;
pero es el
amor que te tengo.
El esfuerzo por dar con la palabra justa lo regula tender al Absoluto, oír la música del mundo para que el goce no sea sólo del que escribe, lo que parece una pavada romántica para el refutador de leyendas, que hoy sobra tanto y sólo produce (y lo sabe) llenado de tiempo, "parece poesía; pero es tiempo", totalmente... No es habitual hoy ver que alguien pida por algo verdadero. Así que un gusto conocerlo y leerlo, don Leandro.
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