Los
amores de su vida se van,
en
silencio,
haciéndose
los boludos,
sin
culpa,
huyen,
se
pierden en la neblina de un amanecer
que
nunca llegó,
que
nunca pudo;
se
van,
se
toman el palo en un Chevallier sucio,
en
avión,
en
los sueños,
en
ovni,
se
van en lo que tengan a mano,
en
barrilete,
en
remis,
en
combi,
en
bicicleta;
como
sea,
lo
amores de su vida se van,
se
los ve pedaleando al sol,
con
vestidos de colores,
con
los pelos al viento,
se
despiden de la pérdida,
y
con el duelo resuelto,
se
van,
dejan
el ruido atrás;
cuando
él fue,
los
amores de su vida fueron, vinieron,
y
armaron campamento en su recuerdo;
no
dudan,
se
van,
emociona
verlos caminar por un puente viejo,
a
punto de caerse,
pero
sonriendo,
felices,
silbando
acordes mayores,
así
se van,
claros,
livianos,
libres,
se
fugan del debate cíclico,
de
la contaminación,
del
vicio;
los
amores de su vida se van,
marchan,
son
una colimba sensible,
corren
por un bosque escarchado,
a
oscuras,
desaparecen,
como
el suspenso,
como
la paz,
como
las ganas,
como
los goles de la fecha en el noticiero,
inalcanzables,
siempre
se van,
son
una hinchada visitante que perdió,
se
van,
nada
los detiende,
por
la noche,
bajo
las estrellas de un cielo color nafta,
parten,
como
la fama,
como
el éxito,
como
la tolerancia,
los
amores de su vida se van,
para
no volver,
para
no arruinarse,
escapan
en una calesita voladora,
recorren
los techos de un barrio imposible,
con
luces de carnaval,
con
cumbia santafesina,
van
levantando vuelo y se alejan,
no
están más a su lado,
se
van,
prometiendo
nadas,
llorando
contradicciones,
los
amores de su vida se van,
son
un link que marca error,
un
zeppelin,
una
liebre,
una
Ferrari,
un
huracán,
un
barco de papel,
un
poco de historia.
dejan marcas.... todos y cada uno ...
ResponderEliminarufff.
ResponderEliminarAcabo de descubrir este blog por una nota en la MU, así que decidí pasarme. Le doy click a un poema al azar y me encuentro con esta joyita.
ResponderEliminarEl amor, la ciudad, amores, desamores, ¿cobardía?. Me encantó.
Felicitaciones che.Seguramente voy a pasar seguido de ahora en adelante. Maldita regla de las primeras impresiones, quién la inventó? Pablo Lunatti?
Y lxs perdedorxs, de los malos -como yo-, no llegan ni a contarlo como les conviene, porque como todo, lo que quieren no les pertenece. Solo llegamos, si llegamos, como podemos.
ResponderEliminar