Mi vida es
una máquina de sacar peluches
en la
puerta de un kiosco:
mi corazón
es la perseverancia
de la mano
mecánica,
tu amor es
la melodía que suena
durante
toda la proeza,
el tiempo es la mirada del oso panda
que quedó atascado en el borde,
que quedó atascado en el borde,
la
distancia es el llanto del nene
que no
tiene consuelo,
y la
incertidumbre,
la
incertidumbre es el kiosquero,
que pasa
sus días mirando derrotas,
salvo
cuando la mano mecánica se luce.
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