Cuando
pasa una ambulancia,
en Buenos
Aires,
el
colectivero bufa,
mira para
todos los costados
y maniobra
como si estuviese
manejando
un barco.
Una
hipster que está leyendo,
levanta
sus ojos un segundo,
mira por
la ventanilla
y vuelve a
la prosa.
El pelado
con auriculares
blancos ni
se mosquea,
sigue
moviendo su cabeza
con cara
de Creamfields,
llevando
el tiempo con el pie.
En la
vereda,
una señora
parecida a Beatriz Sarlo
charla con
su portero y gesticula,
mientras
se abanica mirando la nada.
Cuando
pasa una ambulancia,
en
Arrecifes,
los perros
ladran y aúllan,
como si
estuviesen llorando.
Dora,
Norma, Gladys y Elsa
pegan la
oreja a la radio,
susurrando
un Padre Nuestro,
con el
mate en la mano.
Maxi, El
Ema y Misimerri persiguen
el morbo
de la sirena en una Zanellita,
con los
pelos al viento,
con la
sonrisa llena de adrenalina.
Hugo llama
a su hija desde el negocio,
y como Mechi no atiende,
Hugo putea
mirando el cielo.
Por unos
minutos,
una pequeña Guerra de Vietnam
se desata en nuestro pecho.
una pequeña Guerra de Vietnam
se desata en nuestro pecho.
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