Extraño
momentos
que
todavía no viví,
por eso,
cuando el
tiempo se aleja,
no pienso,
no mido
las consecuencias,
solo salgo
corriendo,
como un
galgo pichicateado,
como un
barrabrava cobarde,
como un
adolescente de Zambia.
En otro
orden de los impulsos,
el tiempo
es lo inalcanzable
y yo soy
la velocidad.
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