en las elecciones de mi corazón.
Gané,
pero debo ir a balotage
con la incertidumbre.
En el bunker de mi alma,
a punto de salir a dar la cara,
siento que el tiempo
es un padrastro borracho,
con un cinto en la mano,
gritándome que ya voy
a ver lo que me espera.
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