Leo
mientras vos dormís
y
afuera pasan los autos,
esporádicos,
su
sonido se pierde,
Porque
el sonido de los autos que pasan nació
una
noche que hacía frío,
y
el frío nació una noche en la que un playero
de
una estación de servicio estaba baldeando,
a
la madrugada,
y
cuando el tipo llegó a la casa no había nadie,
pero
igual se hizo mate y prendió la radio.
Ese
día nació la soledad,
y
vos sabés lo difícil que es la soledad en el mundo,
pero
estar solo sirve,
porque
te curtís,
naturaleza
cero,
te
la tenés que aguantar,
como
en la cárcel,
te
la aguantás o te morís.
Y
qué miedo la cárcel,
y
qué miedo morirse,
aunque
a mí me da mucho más miedo la locura,
ya
lo hablamos,
por
eso me da bronca la gente
que
dice que es loca,
que
ve la locura como una virtud.
Es
terrible,
los
encerraría en Open Door y los ataría en una silla,
al
lado de una ventana,
para
que vean cómo cae la tarde detrás de los eucaliptus,
que
es igual a la nada.
Los
que se hacen los locos son peores,
me
dan más pena que rabia,
prefiero
a los imbéciles que se autodenominan,
si
es que tengo que preferir,
claro.
Siempre
pienso eso:
“Si
es que tengo que preferir”.
No
sé,
necesito
opciones aunque me duelan,
qué
insoportable es saber que todo no se puede,
pero
ahora leo mientras vos dormís
y
no puedo evitar mirarte,
y
no tengo que preferir nada,
supongo,
tengo
que aceptar y dejarme ser,
dejarnos,
ver
que el tiempo avanza y que
la
libertad no tiene escrúpulos,
y
vos sabés lo difícil que es la libertad en el mundo,
ya
estamos grandes,
sé
que vos lo pensás,
y
vos sabés que yo también pienso que estamos grandes,
entonces
leo mientras vos dormís y sos una mujer,
y
yo soy alguien que está al lado tuyo,
que
intenta cuidarte,
respetarte,
y
vos sabés lo difícil que es el respeto en el mundo,
vos
siempre sabés todo,
porque
si no lo sabés,
me
calmás explicándome por qué,
y
eso para mí es saber todo,
porque
yo no sé calmar a nadie,
y
vos sabés lo difícil que es no saber calmar a nadie en el mundo,
porque
la remera que te presto para dormir ya es tuya,
y
la intensidad seguro que nació en un momento así,
en
un ataque de incertidumbre,
una
noche que alguien se dio cuenta
que
prestó una remera para dormir,
pero
no supo por qué,
y
esa remera ahora es del otro,
y
ese otro ahora es el amor,
y
vos sabés lo difícil que es el amor en el mundo,
que
se te va de las manos,
que
de repente te encuentra sintiendo
todo
en un mismo abrazo,
en
una misma cena,
en
un mismo vino,
porque
es una cosa de locos el amor,
es
un impulso perfecto,
fijate
que leo mientras vos dormís
y
crezco diez años en diez minutos,
se
me nota cuando estoy en silencio,
pienso
en toda la fuerza que tiene tu cuerpo,
tu
cuerpo que descansa y sueña,
pienso
que me dijiste cosas que
me
cambiaron la vida,
pero
no me animo a decirte eso,
y
vos sabés lo difícil que es animarse en el mundo,
entonces
te veo dormir y disfruto,
y
vos sabés que es difícil disfrutar del mundo,
pero
con vos me pasa,
me
siento seguro,
y
vos sabés que es difícil estar seguro en el mundo,
pero
con vos me pasa,
vos
sabés que me pasa,
siento
que cien patovicas pelados me rodean
mientras
nos abrazamos,
que
nada malo nos puede pasar,
pero
vos sabés que a veces me desespero,
y
vos sabés lo difícil que es andar desesperado en el mundo,
lo
más triste es que yo también lo sé,
por
eso lloro en el sillón
y
me quedan los ojos como a Ponzio en la Bombonera,
qué
locura,
porque
a veces,
a
la vida también le quedan los ojos como a Ponzio en la Bombonera,
y
vos sabés lo difícil que es la vida en el mundo,
es
tremendo explicarte eso que me pasa cuando me voy,
cuando
mi cabeza está poniendo comas,
y
vos sabés lo difícil que es poner comas en el mundo,
lo
sabés porque le ponés voluntad para entenderme,
para
acompañarme,
y
a mí no me alcanza el mundo para agradecerte,
ni
la vida,
ni
el tiempo,
y
yo trato de acompañarte,
y
vos sabés lo difícil que es acompañar a alguien en el mundo.
Valoro
muchísimo tu voluntad para comprender que me pierdo,
que
parece que no te escucho,
pero
vos sabés que es sin intención,
y
vos sabés lo difícil que es la mala intención en el mundo.
Y
ahora que leo mientras dormís,
te
quiero decir gracias por bancar que me pierda,
que
tenga un miedo ridículo,
que
me obsesione con el laberinto de la prosa,
que
me levante en la mitad de la noche a escribir un verso,
y
vos sabés lo difícil que es levantarse en la mitad
de
la noche del mundo,
porque
si no lo sabés,
te
hacés un lugar en el corazón y lo aprendés,
y
vos sabés lo difícil que es aprender en el mundo.
Ojalá
cuando te despiertes me anime a decirte todo esto,
ojalá
me salga,
ojalá
lo asuma,
porque
te lo merecés,
porque
lo merecemos,
y
vos sabés lo difícil que es merecer a alguien en el mundo.
Hola! En cual de tus libros puedo encontrar este poema??
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