lunes, 10 de junio de 2013

Vacío


Abro la puerta:
la última vez que estuve en esta casa
fue cuando sentimos un alivio horrible.

Me recibe un vaho fértil,
una ráfaga de humedad,
una banda de silencio.

Prendo la luz de la cocina:
cuatro cucarachas,
en plena niñez,
juegan;
van y vienen como locas,
a lo largo de la porcelana.

Sobre la mesa,
sin mantel,
hay un plato con dos culos de pizza
y un carozo de aceituna.

A su lado,
como si fuese un manifiesto pop,
hay un vaso de jugo medio vacío.

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