lunes, 22 de julio de 2013

Cinco inicios de cuento que, si los leemos sin prejuicio académico, también pueden ser cinco poemas. Qué sé yo.


1
En una siesta nublada, en el invierno de 1994, Paula escuchó gemidos desde la habitación de sus padres.

2
Eran cerca de las tres de la mañana y estaba lloviznando. Cuando abrimos la tranquera escuchamos que un camión se alejaba por la Ruta 51. Maxi lloraba, tenía el fierro en la mano y suplicaba que me apure.

3
Rompí bolsa justo cuando mi hermano me contaba que la novia de papá le había mandado un mail.

4
- Estoy harta de las ausencias – dijo Florencia interrumpiendo a Bruno, mientras se tapaba los ojos con una mano y con la otra se pegaba trompadas  en su muslo izquierdo.

5
Somos incapaces de robar. Si usamos esa plata fue porque no nos quedó otra. ¿Sabe qué?, la muerte es mucho más compleja que la ética. Acaso, ud, señor juez, ¿no hubiese hecho lo mismo por un amigo?.

1 comentario:

  1. Muchos cuentos o novelas estarán escritos para infiltrar estos puñaditos de palabras. Como ya dijeron tantos occidentales: nos asusta lo poco, lo conciso, lo sencillo que postula complejidades.

    ResponderEliminar