miércoles, 24 de septiembre de 2014

A las siete y media de la tarde puede pasar cualquier cosa


Paró de llover,
ahora el cielo parece una remera
noventosa desteñida con lavandina.

El vientito que me pega en la cara
es la sombra del mundo que
pasó al mango por al lado mío.

Sigo caminando,
una brújula explota en mi cabeza,
me crece un reloj en el pecho,
te pienso,
y se me hace de noche.

1 comentario:

  1. Hola loco! el otro día en la flia me compré tu libro; Retiro. Me encantó. Cada poema es un viaje, una imagen, un momento. Es emocionante, divertido y algunos adjetivos más. Sólo quería decirte eso. Abrazo viejo

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