jueves, 28 de abril de 2016

El basural que tengo en la mirada

Salgo del subte,
son las siete de la mañana
y todavía es de noche, 
diluvia, 
nacen cataratitas de Iguazú en todas
las alcantarillas de Microcentro, 
las luces hacen que la 9 de Julio 
brille con una tristeza definitiva, 
se me rompió el paraguas que 
me prestó Victor y troto como 
los muchachos del Cliba,
entro a un bar, 
pido un cortado como
quien pide un abrazo, 
miro un punto fijo, 
estoy a punto de llorar, 
logro evitarlo, 
leo, 
leo a Kureishi unos minutos
y quiero llorar de nuevo, 
esta vez se me complica,
una lágrima asoma, 
pestañeo, 
junto fuerza que no 
sé de dónde sale, 
entra una señora empapada 
con cara de inundación, 
dice algo del clima 
que no entiendo, 
se seca los pies en
un cartón y sonríe,
sigue lloviendo,
me concentro un par de páginas 
pero las lágrimas me hacen 
un paro general en las retinas, 
tiemblo,
mis ojos son dos
gordos sindicalistas
que transpiran mucho,
tengo frío,
hay ruido a vajilla,
los bondis frenan
justo en la puerta,
una moza mira el
celular y se ríe,
me pesa la garganta,
el televisor muestra imágenes
de un terremoto en Ecuador,
entra un chiflete por la ventana,
llueve más fuerte, 
intento seguir leyendo, 
no puedo,
no paro de pensar en
todo lo que me excede, 
en lo que no me sale,
en las cicatrices del futuro,
y llueve con asco,
llueve para siempre,
llueve como si el sol
hubiese abandonado,
pero se hace de día 
y debo hacerme cargo
del basural que tengo
en la mirada,
debo barrer la rabia que
le tengo a mi ansiedad,
entonces me levanto, 
pago y me voy, 
camino bajo la lluvia, 
estúpido,
abatido,
llego al semáforo,
tengo gotas en la frente,
me pongo la capucha,
quiero llorar,
lloro,
me lo permito,
pienso en cuándo va a ser
el día que aprenda a sentir,
cuándo va a ser el día que
no me va a doler el tiempo,
llueve horrible,
llueve miserable,
llueve horizontal,
cruzo Corrientes,
miro para arriba, 
y ahí está,
inabarcable,
tiene su atracción intacta,
me conmueve como la
primera vez que lo vi, 
como todos los días,
pero hoy,
con el corazón en
estas condiciones,
hasta la virilidad
del Obelisco
me parece violenta.

3 comentarios:

  1. Yo también quiero averiguar la fórmula imperfecta para darle tránsito a los sentimientos sin que nos duelan.
    Serendipia

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  2. " me pregunto cuando va a ser el día en que me deje de doler el tiempo" e intento dia a dia barrer la rabia que le tengo a mi ansiedad, si te sirve de consuelo Leo lo identificada que me siento. Muy bello y profundo lo que escribiste en este texto! Me siento menos sola que antes en algunos sentires, gracias!

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