Ayer pase por tu casa y me dio vergüenza
acordarme que nunca fuí feliz.
Me sentí vacío,
como un Tupper en una heladera,
como mirando un partido de fútbol infantil,
donde los padres putean al árbitro y a los rivales…
Esos Brujitas Verones,
que se comen los mocos y duermen con la luz prendida
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