lunes, 11 de julio de 2011

Me quema la cabeza pensar que te vas a ir a vivir a Francia


Entonces te imagino caminando por el Boulevard Sébastopol
de la mano de uno de esos,
los nuevos pensadores argentinos,
un puaner ortodoxo,
un snob, un ortiva,
esos que en las reuniones no nombran Cortázar
porque es un lugar común,
esos que siguen eternamente merodeando los pasillos de Puan,
saco negro, morral de cuero,
porque saben que las pibitas de primer año
andan por el patio hablando de Estructuralismo,
buscando que Fogwill vuelva y las enamore para siempre,
tengo ratitos que me desesperan,
y me quema la cabeza pensar que te vas a ir a vivir a Francia,
porque además siempre te veo con un tipo así,
parece apropósito,
pienso que se van a cruzar con Zidane en un restaurant
y este pelafustán que te abraza no lo va a reconocer,
esos tipos son así,
Zidane es un poema,
su ídolo es Francescoli,
que es uruguayo como la Maga,
pero vos no sos la Maga ni Ludlud,
y ninguno de los amigos de tu Oliveira será Gregorovius,
nunca,
pero vas a conocer París sin mí,
se me cae una lágrima cuando lo pienso,
te imagino comparando París con el bajo Belgrano,
diciendo sonriente que te recuerda a las calles
que rodean la cancha de Excursio,
o Barrancas,
donde frena el 15,
donde está pintado el mural de Toni “El Gordo”
con un chumbo en la cintura,
te veo hacerte la feliz,
cualquiera,
este poema iba a tener cuatro versos,
me levanto en el medio de la noche porque no aguanto,
tengo frío,
me pongo el buzo de entrenamiento de River,
el de la temporada anterior,
y que River juegue en la B ya no es más una metáfora,
y París tampoco,
es un lugar de mierda que vas a conocer sin mi,
los sábados vas a tirar piedras en el Senna,
vas a hacer patito,
y acá,
si entran los visitantes,
a mi me van tirar piedras los pibes de Merlo,
pero no creo que eso pase,
aunque acá nunca se sabe,
no es como en París,
que andan sin buscarte pero sabiendo que te van a encontrar,
no,
acá no,
la línea D va llena y olvídate,
ya sabemos que perdemos,
y me quema la cabeza pensar que te vas a vivir a Francia,
me saco el buzo,
el pantalón,
las medias,
dejo una en cada zapatilla,
apago la luz,
toda dormida,
el pelo sobre la cara,
te abrazo,
murmurás,
y en la oscuridad de la habitación
veo la fosforescencia de un matapolillas,
redonda,
con el perímetro desprolijo,
como lo que veo cuando cierro bien fuerte los ojos,
como la luz de la bengala que ilumina mar adentro tu noche.

4 comentarios:

  1. Se ha ido ud nuevamente al carajo. Iba arrugando el gesto mientras leía, angustioso.

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  2. Me encantó! no te conozco, pero por suerte creo que no necesito conocerte para decirte que me encantó!

    Un saludo!

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  3. Siempre vuelvo a leer este poema. Pasan lo años y siempre vuelvo. Por que soy de River, o porque odio a los puaners, o porque siempre se van a vivir a Francia...

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