martes, 5 de mayo de 2015

La posta de la posta de la posta

La posta de la posta de la posta 
es tomar decisiones;
pero después,
hay que tener las pelotas necesarias
para asumir la llanura que queda,
esa inmensidad,
esos kilómetros de miedo,
ese desierto vasto que hay que construir.

La posta de la posta de la posta 
es tomar decisiones;
pero después,
hay que estar preparado para llorar,
que se nos acalambren las fauces,
que se nos curta el gesto,
con todo ese dolor que empuja,
que no sabemos de dónde sale,
que no sabemos si es pánico o vuelta olímpica.

La posta de la posta de la posta 
es tomar decisiones;
pero después,
hay que subir la escalera que nos lleve al silencio,
y desde ahí,
contemplar el mundo,
ver los atardeceres avanzar sobre los patios,
ver los techos,
los mares,
los puentes,
verte apoyada sobre la ventanilla del 106,
verme dudando en la fiambrería del chino,
ver la música,
los baldíos,
las terminales,
ver los fuegos artificiales que veo cuando nos vemos,
verte,
verme,
vernos y compartir los ojos,
para entender que nada,
ni nadie,
nos salvará de ser libres.


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